¡Oda a la borrachera! Basta ya de ningunear e infravalorar a la embriaguez como motor del proceso creativo. Mucho se habla de drogas psicodélicas, marihuana, absenta, etc. Pero una simple y llana borrachera, sin más artificio que unas olivillas de Campo Real, puede ser sumamente creativa. Para muestra, un temón: I PUT A SPELL ON YOU.
La “canción encadenada” de hoy nace a mediados de los 50´s como lamento por la pérdida de un amor (sería el único que se le escapase, luego me entenderéis), cuyo protagonista quiere recuperar. Nada nuevo bajo el sol.
Pero serían las casualidades y la genialidad del excelso SCREAMIN’ JAY HAWKINS quien convertiría el típico-tópico en la vuelta de tuerca más radical en la historia del rock & roll.
Tiramos de teletipos para resumir los inicios de su pintoresca vida. Jalacy Hawkins en la partida de nacimiento. Adoptado a los 18 meses por la tribu india “Pies Negros”. Estudió piano clásico. Pretendía convertirse en cantante de ópera. Mentiroso compulsivo. Sirvió en el ejército. Cuenta que fue a la Segunda Guerra Mundial donde fue torturado durante meses pero es mentira. Hizo sus puñitos como boxeador llegando a ser campeón de … Alaska!?!?!
Lo que sí que parece real, según confirman los que le conocieron, es que Mr Hawkins ya venía de fábrica con estramboticismo y farandulería suficiente como para exportar.
Con semejante ADN, Jay se encontraba en 1956 intentando dar un salto a su carrera como “bluesman”. Entró a los estudios de Okeh records con lo que pretendía ser una balada blues bajo el brazo, pero los acontecimientos transcurrieron, por suerte, por otros derroteros. Según cuenta la leyenda, el productor Arnold Maxim quería sacar el jugo salvaje que había visto en los directos de la banda de Jay, pero que no veía en la grabación. Por eso decidió surtir a los músicos de costillas y abundante licor para que la sesión fuese una fiesta. Y vaya que lo fue. La borrachera debió ser épica, pero no menos que la tremenda canción que acababan de inmortalizar.
El propio protagonista asegura no tener recuerdos de la grabación y se percató de que destrozando una canción y gritando a dolor podría conseguir más éxito que con el blues convencional. Como él recalca; “entré al estudio siendo Jay Hawkins y salí como Scremin’ Jay Hawkins”.
Aunque muchas radios y cierto sector de la industria musical prohibieron su difusión por ser canibalística y extremadamente agresiva, la canción se hizo muy popular en el circuito “undergorund”. Uno de los que quedó fascinado fue el visionario DJ y productor Alan Freed, quién además compartía la visión de Jay de potenciar el salvajismo en escena.
Es entonces cuando salieron a relucir los huesos, colmillos, serpientes de goma, humo, la calavera fumeta llamada “Henry”, la capa, el voodoo y toda la parafernalia que convierten a Screamin’ Jay Hawkins en el indiscutible padre del “Shock rock”, manantial sagrado de Screaming Lord Sutch, Alice Cooper, Arthur Brown, Misfits y un largo etc.
Parece ser que incluso fue el propio Alan quién convenció Jay de añadir uno de los elementos clave de sus “performances”; el ataúd. El cantante se negó en rotundo a la macabra propuesta del DJ, aludiendo que la vez que entrase en un ataúd sería para ya no salir. ¿Qué cambió su parecer? Lo de siempre, los 300 dólares extra que se llevó aquella noche.
¡Aviso para ciber-navegantes! Bajo nuestra humilde opinión, ningún cover supera el original. Habrá giros insólitos, músicos estratosféricos y frikadas varias, pero en el cómputo global, creemos que la de Jay es insuperable. Dicho lo cual, nos movemos a la siguiente en nuestra diminuta selección de las numerosas copias que se han realizado de “I put a spell on you”.
A NINA SIMONE le gustó tanto que no solamente hizo un single, sino que tituló un álbum e incluso su autobiografía. Se convirtió desde 1965 en uno de sus buques insignia a lo largo de su carrera y es probablemente para muchos la mejor de las versiones. Gustos aparte, las estadísticas nos dicen que es la única de todas las grabadas que fue más popular que la original.
En los 60’s hubo un aluvión de poderosas gargantas que grabaron el tema, tales como Van Morrison, Eric Burdon y la muy popular versión de Alan Price. Pero nosotros nos quedamos con el chorrón de John Fogerty y el intenso temazo de su CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL. Primera canción, del primer álbum de la banda en 1968. No pudieron elegir mejor carta de presentación. Al igual que no podía faltar en el repertorio de su actuación el año siguiente en el Festival de Woodstock. Simplemente impresionante.
En la década de los 80’s Jay Hawkins se mudó a New York para intentar frenar la caída que estaba sufriendo su carrera, cuando se topó con Rudi Protudi y los FUZZTONES. Cuenta el propio Rudi en una entrevista el shock que sintió al ver a uno de sus ídolos tocar para una audiencia de 30 personas, que ni siquiera sabían quien era el que estaba subido al escenario. Tras dicho concierto, Rudi se acercó a Jay y ofreció a su banda como músicos de acompañamiento del solitario cantante. La colaboración quedó recogida en un álbum en directo lleno de garage, rock & roll y huesos por doquier.
Sobrevolamos a Nick Cave, Brian Ferry o Marilyn Manson para aterrizar en los eclécticos noventa. No hay estilo que se le resista y “I put a speel on you” pateó la puerta del “rap” adentrándose en territorio desconocido. NOTORIUS B.I.G recogió el testigo y lleno la juguetona base de rimas y samplers.
En paralelo a su viaje musical, tanto la canción como su autor, han tenido varios escarceos en el mundo del cine y la TV. «Stranger than paradise» y «Mystery train» de Jim Jarmusch, “Hocus pocus” de Disney Pictures, “Perdita Durango” de Álex de la Iglesia, “Los Simpsons” o “50 sombras de Grey”, teniendo esta última como bandera la versión de Annie Lennox.
Screamin’ Jay Hawkins o el “Black Vincent Price”, como en ocasiones era conocido, falleció en el año 2000 poniendo fin a una intensa vida. Irónicamente, murió incinerado, requisito que insistió mucho que se cumpliese tras pasar gran parte de su vida saliendo de un ataúd.
Al final, parece que el hechizo le funcionó y su carisma hizo perder la cabeza a muchas, pero que muchas mujeres. Tras su muerte, su amiga y biógrafa Maral Nigolian creó una web para conseguir identificar a los, entre 57 y 75, hijos que se cree tuvo a lo largo de su vida.
Su promiscuidad musical fue más limitada, ya que podríamos decir que su carrera se basó en el éxito cosechado por “I put a spell on you” y el personaje generado tras la grabación del mismo.
Nombrada la canción número 313 más influyente de todos los tiempos por la revista “Rolling Stones”, sigue reinventándose, ascendiendo la suma a más de 150, siendo la última este mismo año. Del nuevo milenio os dejamos con la interpretación del siempre genial Mr. E y sus EELS:
Cuesta creerlo con nuestros ojos de hoy día, pero a pesar de vender cerca de 20 millones de copias de la canción, apenas recibió dinero de su “hit” por las artimañas que utilizaban las discográficas en el pasado.
Queremos cerrar el círculo póstumamente con una joya que seguro está en el punto de mira de muchos coleccionistas. En 1955, el año anterior a la famosa grabación, Jay Hawkins grabó “I put a spell on you” antes de convertirse en el mito que llegó a ser. Fue grabada para Grand records con la intención original de ser una balada blues y sin los excesos de alcohol que tuvo la mítica sesión posterior. El sello nunca lanzó la primera grabación, pero en 2006 fue recuperada en un disco recopilatorio. Os dejamos con ella y nos despedimos dando las gracias a bendita borrachera. ¡Salud!
FRIKERÍA RECOMENDADA:
- "I put a spell on you, The bizarre life of Screamin' Jay Hawkins" Steve Bergsman
- "A history of rock music in five hundred songs - Episode 53: I put a spell on you" Poddtoppen
- "Take me back! Hits 1953-55" Screamin' Jay Hawkins
- "The Whamee: 1953-1955" Screamin' Jay Hawkins
- "57 Screamin' Kids" Dimitri Doganis
- "I put a spell on me" Nicholas Tryandafyllidis